lunes, 2 de julio de 2007

Satanizar a la piraña es injusto

La mala reputación de la piraña, ese pequeño pez del Amazonas temido por su reputación de depredador voraz, es un tanto injusta, concluye el estudio de un grupo de científicos británicos.

Habitante del mayor río sudamericano, de sus afluentes y de otros ríos de la región, la piraña ha sido retratada como carnívoro feroz y letal, que trabaja en equipo para apabullar a su presa y luego despedazarla.

Aunque sólo muerde una vez, deja un hueco con forma de cráter, que sangra profusamente. Una herida semejante, multiplicada por 40 ó 50, puede ser el beso de la muerte.

Sin embargo, un grupo de expertos de la Universidad de Saint Andrews, en Escocia, recordó que las pirañas son omnívoros, que se alimentan fundamentalmente de otros peces, plantas e insectos.

Si forman grandes cardúmenes no es para cazar si no para defenderse, señaló el equipo.

"Antes se pensaba que las pirañas se agrupaban en bancos para cazar en un conjunto cooperativo", dijo la profesora Anne Magurran.

"Sin embargo, hemos hallado que se trata de una actitud fundamentalmente defensiva", agregó.

La víctima es ella

Las pirañas pueden ser atacadas por caimanes, delfines y otros peces grandes; por lo tanto la formación de bancos es cuestión de supervivencia.

Los peces en edad reproductiva permanecen en el centro del cardumen para protegerse, y los más jóvenes -y hambrientos- en los bordes.

El tamaño del banco depende del nivel de riesgo de su desplazamiento, dijo Magurran.

"De todos modos, cuando el nivel del agua baja, y aísla a los peces en pequeños lagos o canales, estos cardúmenes pueden estar formados hasta por 50 peces, porque el peligro de ser devorados aumenta", aclaró.

El equipo exhibe su informe, junto a una enorme pecera con ejemplares vivos, en la Exhibición de Verano de Ciencias en la Royal Society de Londres.

Fuente: BBC Mundo.

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