Las aplicaciones de los LED parecen casi infinitas. Estos pequeños diodos encontraron su primer sitio allí donde nacieron: en la electrónica. Con su pequeño tamaño, se pueden encontrar como indicadores en prácticamente todos los aparatos fabricados en los últimos años, desde las máquinas de afeitar hasta los frigoríficos.
En los últimos años, su bajo consumo energético, su larga vida útil, y el descubrimiento de nuevos colores, entre ellos el blanco, le han hecho un hueco en los usos para iluminación general que no dejan de crecer, y que le permite competir directamente con las lámparas de bajo consumo.
Con la madurez de la tecnología llega ahora el último uso: el armamentístico. Según publica Ryand Singel, experto en seguridad, en la revista Wired, el departamento estadounidense de seguridad interior está financiando el desarrollo de un "sable de luz", en palabras de Singel, que es capaz de cegar en cuestión de décimas de segundo a un sospechoso, facilitando su arresto. Pasados unos momentos, los efectos de esa ceguera LED desaparecen.
El aparato se llama LED Incapacitator, y cuando se aprieta su gatillo, dispara un haz láser para calcular con precisión la distancia a la que se encuentra el objetivo, como hacen la mayor parte de las cámaras fotográficas. En cuestión de décimas de segundo, un haz de pulsos intermitentes de luz de LED que cambian continuamente de color y de ritmo, y cuya intensidad se calcula en función de esa distancia, llega a las retinas del sujeto, desorientándole y dejándole ciego.
El "color del diablo"
Los creadores de esta peculiar "linterna", que podría llegar a las manos de los agentes de fronteras estadounidenses tan pronto como en 2010, aseguran que los efectos son sólo temporales y plenamente reversibles.
De momento, el LED Incapacitator es sólo un prototipo, aunque se espera que el próximo otoño se realicen las primeras pruebas a gran escala con voluntarios. Sus creadores están tan orgullosos de él que incluso piensan ya en un cañón LED, para "controlar" a multitudes en revueltas o situaciones similares.
Quieren, además, comprender mejor qué frecuencias de luz son las más útiles para ese propósito. Según Bob Lieberman, presidente de la compañía que desarrolla este dispositivo con dinero público, "hay una longitud de onda que nos afecta a todos. Vladimir [el científico jefe de la empresa] la llama 'el color del diablo'".
Fuente: ADN.es.
1 comentario:
Si, seguro que una multitud revuelta y ciega es mucho mejor que si pudiesen ver... vaya ideas.. xD
Publicar un comentario