Un escudo solar que refleje parte de la radiación del Sol de nuevo al espacio podría enfriar el clima en sólo una década y ser una solución rápida al cambio climático, dicen los investigadores.
Debido a su rápido efecto, sin embargo, debería desplegarse sólo como último recurso, cuando los “peligros” del cambio climático sean inminentes, advierten.
Los escudos solares no son una idea nueva – tales esquemas de “geoingeniería” para enfriar artificialmente la Tierra están recibiendo un interés creciente, e incluyen propuestas para inyectar aerosoles reflectantes en la estratosfera, desplegar reflectores solares en el espacio y la siembra de nubes a gran escala.Los escudos están inspirados en los efectos de enfriamiento de las grandes erupciones volcánicas que expulsaron partículas de sulfatos a la estratosfera. Allí, las partículas reflejaban la radiación solar de vuelta al espacio, reduciendo la cantidad de calor que alcanzaba la atmósfera, y por tanto reduciendo el efecto invernadero.
La erupción de 1991 del Monte Pinatubo en las Filipinas enfrió la Tierra unas décimas de grado durante varios años.
Actuación rápida
Ken Caldeira de la Institución Carnegie de Washington, en California, Estados Unidos, y Damon Matthews de la Universidad de Concordia en Canadá, usaron modelos por ordenador para simular los efectos que tendría un escudo solar sobre el clima de la Tierra si las emisiones de gases invernadero se mantuviesen en aumento en un escenario de “situación habitual”.
“Hemos estado intentando señalar algo verdaderamente malo contra la geoingeniería del clima”, dice Caldeira. “Pero es realmente difícil de encontrar”.
Su modelo por ordenador simuló un escudo desplegado gradualmente que compensaría el efecto invernadero de las crecientes concentraciones de dióxido de carbono. Para cuando los niveles de CO2 sean el doble de los de la era pre-industrial – que se predijo que sería a finales del siglo XXI – el escudo necesitaría bloquear el 8% de la radiación solar.
Los investigadores hallaron que un escudo de azufre podría actuar muy rápidamente, bajando las temperaturas a los niveles de principios del siglo XX en una década desde su despliegue.
“El problema es, que la escala temporal de la década funciona en amos sentidos”, dice Caldeira. Un escudo de sulfatos necesitaría ser rellenado continuamente, y el modelo muestra que un fallo en ésto significaría que el clima de la Tierra se vería repentinamente golpeado por todo el efecto caldeador del CO2 que se ha acumulado mientras tanto.
“Por lo que si levantas el escudo y éste falla - o, por ejemplo, los Republicanos colocan el escudo y los Demócratas suben al poder y lo quitan – entonces comprimirás en una o décadas el calentamiento que haya tenido lugar desde que levantaste el escudo”, explica Caldeira.
Comprensión pobre
Un escudo solar no debería atrofiar el crecimiento vegetal necesariamente. De hecho, hay algunas pruebas de que algunas plantas crecieron de forma más vigorosa tras la erupción del Monte Pinatubo debido a que las partículas de sulfatos incrementaron la cantidad de luz difuminada y esto aceleró el crecimiento en las áreas de sombra. Pero si se eliminase repentinamente el escudo, una parte del CO2 almacenado en las plantas se liberaría de pronto cuando las plantas respiren más rápido en unas temperaturas más cálidas.
“Personalmente, como ciudadano y no como científico, no me gusta la geoingeniería debido a su alto riesgo medioambiental”, dijo Caldeira a New Scientist. “Es jugar con unos sistemas complejos poco comprendidos”.
Y la facilidad con la que podría funcionar también es arriesgada, dice: “Estos esquemas son también demasiado baratos y fáciles. Sólo una manguera de incendios dispersando dióxido de azufre a la atmósfera haría el trabajo durante un siglo. Esto costaría unos 100 millones de dólares – nada en comparación con los cientos de miles de millones que se necesitarían para transformar nuestros suministros de energía”.
Pero también cree que es hora de tener en cuenta seriamente los escudos solares. El 1 de junio, James Hansen, jefe del Instituto de la NASA para Estudios Espaciales en los Estados Unidos, publicó un artículo afirmando que el sistema climático de la Tierra había alcanzado un punto de inflexión (Atmospheric Chemistry and Physics, vol 7, p 2287).
¿El mal menor o dos males?
El estudio de Hansen sugiere que sólo un calentamiento moderado adicional probablemente dispararía la desintegración de las capas de hielo de la Antártica Occidental y del Ártico – eventos que serían casi imposibles de invertir.
“Si este es el caso, entonces no tengo claro cual es el camino “más verde”, dice Caldeira. “¿Es mejor dejar que la capa de hielo de Gorenlandia colapse y ahogue a los osos polares hacia su extinción, o dispersar algunas partículas de azufre en la estratosfera?”
Dice que si se ve forzado a tener en cuenta el despliegue de un escudo solar, “necesitaríamos confiar en que no estaríamos creando más problemas de los que resolvemos. Además, es importante comprender el problema en el que estamos hoy – lo cerca que estamos de hacer cambios irreversibles, lo rápido que podemos alterar nuestros sistemas de energía – y comprender lo que podría pasar si intentamos eliminar algunos de los peores resultados mediante la ingeniería del clima “.
Caldeira y Matthews también encontraron que un escudo solar no corregiría las anormalidades en las lluvias. Muy notablemente, los trópicos recibirían menos lluvia en ausencia del efecto invernadero, como predicen los modelos de cambio climático.
Fuente: Ciencia Kanija.
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