miércoles, 6 de junio de 2007

Hormigas argentinas forman supercolonias familiares

Un estudio realizado por biólogos de la Universidad de California en San Diego (UCSD) muestra que las invasivas hormigas argentinas parecen utilizar diferencias genéticas para distinguir amigas de enemigas. Este hallazgo ayuda a explicar por qué estas hormigas construyen enormes colonias en California.

En el número de diciembre de Molecular Ecology, los biólogos brindaron los primeros datos sobre interacciones territoriales entre hormigas argentinas en el campo. En California, las hormigas argentinas forman "supercolonias" expansivas que contienen millones de nidos y se extienden por cientos de kilómetros. Los científicos han mostrado desacuerdo en las razones de la pérdida de agresividad entre hormigas de diferentes nidos de la misma colonia. "Algunos ecólogos sostienen la hipótesis que los factores ambientales reducen la agresión entre hormigas argentinas en California", dice David Holway, profesor asistente de biología en UCSD y autor principal del estudio. "Sin embargo, encontramos que mientras las hormigas de la misma supercolonia no pelean entre si, choques entre hormigas de diferentes supercolonias ocurren frecuentemente a lo largo de los límites territoriales"

La distancia entre los nidos no juega ningún papel en el comportamiento territorial de las hormigas. Tampoco hay factores ambientales evidentes que expliquen por qué las hormigas atacan a la misma especie de un nido vecino pero no de otro. Sin embargo, los investigadores encontraron una relación muy estrecha entre comportamiento y genética. Las hormigas que son genéticamente similares mantienen relaciones pacíficas, mientras que las que son genéticamente diferentes se atacan unas a otras.

Existen cinco supercolonias en el sur de California. La mayor de ellas se extiende aproximadamente por 960 kilómetros sobre la costa de California y linda con tres o cuatro colonias más pequeñas. Sobre los límites territoriales las hormigas de colonias diferentes participan en batallas intensas que resultan en la muerte de un número considerable de trabajadoras. Melissa Thomas (estudiante posdoctoral que trabajó con Holway), estimó que alrededor de una de las coloñas más pequeñas, en Lake Hodges al norte de San Diego, fueron muertas al menos 15 millones de trabajadoras durante los seis meses que duró el estudio.

Sin embargo, las hormigas no lucharon cuando fueron ubicadas cerca de hormigas provenientes de lugares distantes pero de la misma supercolonia. Christine Payne-Makrsâ y Andrew Suarez, de la Universidad de Illinois y Neil Tsutsui, de U.C. Irvine, encontraron que a lo largo del gran rango geográfico de una supercolonia las hormigas fueron muy similares genéticamente, pero son distintas genéticamente de hormigas de las supercolonias vecinas. Los investigadores sostienen que manteniendo la paz con sus familiares, las hormigas son capaces de dedicar más recursos a alimentarse que a competir.

En Argentina, las interacciones agresivas entre colonias son mucho más comunes, y las colonias son significantemente más pequeñas. Cuando las hormigas argentinas fueron introducidas en California 100 años atrás, se expandieron ampliamente debido a que no encontraron otras colonias de hormigas argentinas. Los biólogos piensan que las diferentes supercolonias del sur de California provienen de corrientes distintas de hormigas, posiblemente en la tierra de las plantas utilizadas para el desarrollo paisajístico.

Los científicos esperan que una mejor comprensión de cómo las hormigas distinguen amigos de enemigos, y de los mecanismos que previenen el flujo genético entre colonias, podría conducir a medios efectivos para el control de las hormigas.

Fuente: CienciaNet.

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