martes, 22 de mayo de 2007

Conflictos generacionales en el mundo animal

Las crías de lagartija abandonan su hábitat natal para colonizar otra zona, si con ello evitan un posible conflicto con sus madres, como sería el caso de competir por un mismo macho, según los resultados de un estudio de los que ha dado con detalles el biólogo Patrick Fitze, del CSIC.

Según el científico Fitze, miembro del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC), se sabía que los individuos de una misma especie o familia no se dispersan del mismo modo, pero no se sabía por qué, y ahora se ha comprobado que, entre los factores que influyen en ello están los denominados conflictos familiares, tal como se recoge en un artículo publicado en el último número de la revista PNAS.

Este descubrimiento resulta muy útil a los científicos a la hora de resolver problemas de colonización que puedan surgir, por motivos varios que sean causantes de la modificación de hábitat naturales, como ocurre cuando se construye una carretera, en la que ciertas poblaciones de lagartijas, u otros animales, quedan aislados en una y otra zona, explicó Fitze.

Los científicos comprobaron que el éxito en la colonización de un nuevo hábitat era el doble cuando las colonizadoras eran lagartijas que habían abandonado sus hábitat originarios por motivos de «conflicto» familiar, siendo éste por tanto un factor determinante, del que no se tenía constancia, ya que apenas existían estudios científicos de este tipo.

«Antes de enfrentarse a un conflicto con la madre por seducir a un mismo macho, dentro de una misma población, en la que el sexo masculino escasea, las crías prefieren abandonar el hábitat», explicó el experto.

En este experimento se estudió el conflicto crías-madre, porque es el más fácil de «manipular» en el sentido de alterar los hábitat naturales para estudiar los efectos desde el punto de vista científico, aunque también se producen otros muchos problemas de competitividad entre esos individuos, por ejemplo, entre hermanos, y no sólo por motivos sexuales, sino de toda índole.

Se comprobó que, en caso de conflicto familiar, las lagartijas que abandonan el hábitat originario son las de mayor tamaño, «las más fuertes», precisó Fitze.

Otro de los descubrimientos, gracias a este estudio, ha sido conocer que la dispersión de los individuos hacia zonas distintas de la natal no depende únicamente de los problemas familiares propios, sino del ambiente que se viva en la población, de modo que si en ésta existen muchos conflictos entre otras familias, el resto de las lagartijas también «los perciben» y deciden abandonar su hábitat originario.

Como parte de sus experimentos, los científicos se centraron en la «lagartija de turbera», una especie común de los Pirineos cantábricos (desde Cataluña hasta Galicia), con tonos verdes y negros, y vientre teñido de marrón; trabajaron con una población de unos 140 ejemplares, de 16 poblaciones distintas.

Establecieron corredores de dispersión, con una distancia entre unas poblaciones de lagartijas y otras de unos 20 metros, que es la longitud aproximada a la que suelen desplazarse estos individuos cuando cambian de hábitat de manera natural.

Fuente: La Voz de Galicia.

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