sábado, 26 de mayo de 2007

La genética se podrá emplear para potenciar la inteligencia

El ‘padre’ del mapa del genoma humano, Francis S. Collins, sostiene que en 10 ó 15 años

La investigación genética se enfrenta a «una revolución» en los próximos 10 ó 15 años, con la transferencia de sus aplicaciones y usos, ahora solo médicos, a otros posibles ámbitos como la mejora de la inteligencia o la ética, y eso incitará debates sociales y un mayor control de posibles fraudes genéticos.

Así lo manifestó ayer en Madrid durante una rueda de prensa el profesor Francis S. Collins, director del Instituto de Investigación del Genoma Humano.

Acompañado del científico Santiago Grisolía, Collins vaticinó cambios «en los próximos 10 ó 15 años, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento» de la genética, y añadió que «vamos a ver una crisis importante sobre cómo se ejerce la genética en la medicina y en otras áreas del comportamiento humano, tales como la inteligencia o la ética».

La discusión recaerá no solo en los políticos, sino también ampliamente en la sociedad, porque en el campo de la genética «aún queda mucho camino por andar», añadió este experto, a quien se debe la supervisión del Consorcio Internacional de Secuenciación del Genoma Humano, que logró ordenar el código completo del ADN de las personas, el Proyecto Genoma Humano.

Collins, director actualmente del proyecto Nhgri, cuyo objetivo es asegurar que ese hallazgo se traduzca en herramientas para avanzar en el conocimiento biológico y mejorar la salud humana, añadió que en el campo genético se está trabajando intensamente para conocer cómo funcionan los procesos de activación o desactivación de genes, es decir, en la parte regulatoria.

«Una cosa es ver todos los segmentos de ADN que codifican y otra saber cómo se activan o desactivan; se necesita entender no solo las instrucciones que se dan en el proceso sino cómo se dan», recalcó este investigador de enfermedades como la diabetes o la progeria, que es un tipo de envejecimiento prematuro.

En estos momentos, «se dispone del manual de instrucciones» en relación con este DNI humano, y añadió que «estamos aprendiendo a leerlo, pero hay tres billones de letras, lo que supone mucha información; tenemos que ver cómo funcionan todas las partes». «Nos ha sorprendido mucho ver los pocos que hay; pensábamos que serían más de 100.000 pero son unos 20.000, no llegan a esa cifra», agregó.

«El genoma de una persona debe ser privado», sostuvo Collins, quien advirtió de los problemas de una supuesta publicidad de la identidad genética de una persona, que podría condicionar su futuro ante un posible ascenso laboral o el acceso a un seguro.

Sobre la diabetes, subrayó que se trata de «un mal en aumento», no tanto por motivos genéticos, sino por la alimentación actual y la falta de ejercicio, aunque se empieza a «arrojar luz en la oscuridad». Últimamente, se ha producido «una explosión de información, y ahora conocemos al menos 10 variaciones en el genoma que confieren riesgo de padecerla».


Fuente: La Tribuna digital.

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