La búsqueda ha sido larga. Hasta ahora los casos de transmisión oral del VIH se justificaban cuando la persona infectada tenía muchas heridas en las encías. Pero esta explicación no convencía a todos, ya que lo que sí se ha demostrado es que la saliva de la boca tiene una potente capacidad antivírica. Por eso el VIH no se transmite por compartir un vaso o un cubierto o mediante un beso. Y por eso los seres humanos -y muchos otros animales- se lamen instintivamente las heridas como una manera básica de desinfección.
El nuevo hallazgo da la primera explicación aceptada de la vía de transmisión del VIH. Según los investigadores del National Institutes of Health (NIH), el equivalente al Ministerio de Sanidad estadounidense, las amígdalas tienen en su superficie un receptor, llamado CXCR4, que sirve para que el virus se una a las células que van a infectar y transmita su material genético. Esta molécula es una de las dianas que se está ensayando en las nuevas terapias para tratar la infección. En cambio, las paredes de las encías están recubiertas de otro tipo de moléculas, llamadas queratinas, que engrosan las paredes de las encías y actúan como barrera. El trabajo se ha publicado en la revista American Journal of Pathology.
El descubrimiento ha servido a numerosos expertos para recordar que el preservativo no debe usarse sólo en las relaciones sexuales con penetración -vaginal o anal-. También es aconsejable en el sexo oral, insistieron.
Fuente: El Pais.
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